Al menos cuatro personas murieron y 75 resultaron heridas durante las protestas desencadenadas por el fallecimiento de Mahsa Amini como consecuencia de los disparos de las fuerzas de seguridad iraníes. La víctima de 22 años había sido detenida por la policía de la moralidad por no llevar puesto el hiyab.
Los incidentes se concentraron en la región del Kurdistán iraní, en el oeste del país, según la organización de derechos humanos Hengaw.
Dos de los muertos son de la ciudad de Saghez, de donde era originaria Amini, ciudad en la que 17 personas más resultaron heridas. En Divandarré murieron otras dos personas mientras que 15 resultaron heridas. También hay heridos en Mahabad (13), Buchan (7), Kamiyaran (4), Bijar (7), Baneh (4) y Takab (4).
Entre los heridos se encuentra una niña de diez años que habría sido hospitalizada en estado crítico tras recibir un disparo en la cabeza en la ciudad de Bukan, según informó Hengaw y recogió la televisión kurdo-iraquí Rudaw.
En Saghez, donde Amini fue enterrada el sábado, «el ambiente es el de una ley marcial no declarada», expresó Bajtian Joshnam, director de la agencia de noticias Mokrian, con sede en Saghez, a Radio Farda.
«Hay fuerzas de seguridad por todas partes. Hay policías. Los negocios están completamente cerrados e incluso los organismos oficiales están cerrados desde el mediodía», agregó
Los partidos kurdos iraníes habían convocado una huelga general en Rojhelat, en el Kurdistán iraní, para protestar por la muerte de Amini.
La policía señaló que Amini se enfermó mientras esperaba junto a otras mujeres retenidas por la policía de la moralidad, encargada de hacer cumplir las estrictas normas impuestas desde la Revolución Islámica de Irán de 1979, que exigen que las mujeres se cubran el pelo y lleven ropa holgada en público.
Sin embargo, su padre declaró que su hija estaba bien y no tenía problemas de salud previos. Además, aseguró que Amini había sufrido contusiones en las piernas y responsabilizó a la policía de su muerte.
El padre de Amini agregó que la policía »tardó dos horas en trasladarla al hospital y que si hubiera llegado antes no hubiese muerto».
El comandante de la Gran Policía de Teherán, Hossein Rahimi, manifestó que se habían hecho «acusaciones cobardes» contra la policía iraní, que Amini no sufrió ningún daño físico y que la policía había «hecho todo» para mantenerla con vida.
«Este incidente fue desafortunado para nosotros y deseamos no volver a presenciar este tipo de incidentes», afirmó Rahimi en la declaración recogida por la agencia de noticias Fars.
Rahimi explicó que no podía comentar la causa de la muerte porque se trataba de una cuestión médica y no de seguridad, y añadió que la policía de la moralidad estaba «haciendo un trabajo positivo.»
Los infractores de la sharia, la ley islámica de Irán, se enfrentan a las multas o la detención.