Una botella de vino bien en lo alto, cientos de brazos arriba y un grito masivo de alegría por la tarea coronada con éxito en el río Colorado. Así se festejó el rescate de vinos pampeanos que fueron sumergidos hace ocho meses, en un lugar de privilegio, ubicado aguas abajo de la represa de Casa de Piedra.
¿El objetivo?: revalorizar al río Colorado y su gente, su producción costera, sus vinos y el turismo.
“Nos dicen que somos una provincia desértica pero ahora tenemos una cava subacuática”, le lanzó punzante a los presentes Claudio Ramírez, uno de los 14 integrantes de “La Patriada”, el grupo que armaron biólogos, buzos, operadores turísticos y vecinos defensores del río.
Algo más de media hora le llevó a los buzos rescatar del fondo del río las 72 botellas de los vinos “Arumcó” (“El Dios del Agua”) y Lejanía de Duval, más algunas botellas que produce la chacra experimental de Casa de Piedra. Fue el sábado pasado, con una jornada bien calurosa.
Los buzos en el momento en que empiezan a sumergirse para ir en busca de las botellas sumergidas a 9 metros de profundidad
Mientras los buzos hacían su tarea, Juan Pablo Morisoli registraba todo con su cámara. Sus vinos volvieron poco a poco a la superficie y la emoción parecía controlada. Le dijo a Río Negro que su padre “nos enseñó a todos a querer el río” y que conoce la costa en Casa de Piedra desde el tiempo que en que no tenía habitantes, hace 65 años atrás.
Luego, cuando la canoa repleta con la carga espirituosa tocó la costa, se improvisó un pasamanos con decenas de pampeanos y rionegrinos presentes. Todo para que el preciado elemento llegara sano y salvo a la mesa de clasificación. Allí fueron catalogando cada una de las botellas.
Estela, una vecina de Casa de Piedra, se prendió al pasamanos para hacer llegar rápido las botellas desde la canoa a la mesa de clasificación.
Cuatro fueron “sacrificadas” para el disfrute de los presentes. Todos chocaron copas para el brindis al grito de “yapay peñí”, que en mapuche significa “salud hermano”.
Despues de saborearlo, surgieron las primeras apreciaciones. “Es redondito y de sabor potenciado”, se entusiasmó un técnico de la universidad de La Pampa.
Estamos en la costa y en la pared de caracoles fosilizados de lo que fuera el mar rocanense. Por ese elegimos este lugar para sumergir los vinos y hacer la práctica de buceo. Tiene mucha fuerza y una belleza singular».
Claudio Ramírez, buzo e integrante del proyecto.
Las botellas estuvieron envueltas en un film aislante. Al salir a superficie tenían el olor característico del fondo del río y a algunas se le habían adosado varios caracoles.
Ahora los vinos se fueron a Santa Rosa, donde serán cotejados en una degustación y subasta con los que fueron guardados en sus cavas de Duval. Lo recaudado se destinará a la Asociación de Lucha contra el Cáncer .
Al explicar cuál es el valor que le añadiría al vino el hecho de estar sumergido, Ramírez explicó que “la presión atmosférica bajo el agua hace que el proceso de polimerización se acelere. Nueve meses bajo el agua representan tres años de una cava en superficie”. A esos factores le agregó el abrigo del sol tenue y una temperatura sin cambios térmicos.
Ninguna de ellas sufrió filtraciones. El entusiasmo del grupo «La Patriada» fue tal que anticiparon que en marzo se viene la segunda etapa: van a sumergir otras 250 botellas de los mismos vinos. Apuntan a instalar con más fuerza la cava sumergida.
“La Ruca Cura”, un lugar de privilegio
El lugar donde estuvieron sumergidos los vinos tiene un valor especial por la belleza del agua celeste y la pared de caracoles fosilizados que se eleva en la costa. Está a unos 500 metros, aguas abajo de la represa de Casa de Piedra.
La pared de caracoles fosilizados, frente al lugar del río donde estaban sumergidos los vinos. Esa pared con una cueva permite a los turistas resguardarse del sol.
Allí, moluscos con multiplicidad de caracoles, se exhiben en las bardas a “ojo desnudo”. En el sitio se encontraron los rastros más antiguos de la presencia del hombre en La Pampa; un enterratorio con ajuar de unos 9.000 años de antigüedad.
“La Ruca Cura es la última cueva que queda, porque casi todas quedaron bajo el agua cuando se hizo la represa. Esta se conserva en muy buen estado y para nosotros tiene mucho valor”, explicó Florencia Rebolini, operadora turística.
El pueblo más joven de La Pampa
Casa de Piedra.- Distante a 110 kilómetros de General Roca y 380 de Santa Rosa, la villa turística fue fundada el 30 de noviembre de 2006 por el gobierno pampeano. Su creación apunta al aprovechamiento múltiple del río Colorado, que combina actividades turísticas y producción agrícola bajo riego. La Villa Turística, donde viven unas 200 personas, se vio afectada por la sequía del Colorado. El agua del lago artificial se alejó unos 1.000 metros de la costanera y es difícil acceder .
La chacra experimental del Ente del Río Colorado y sus viñedos con riego por goteo
Producción.- En Casa de Piedra funciona una chacra experimental del Ente del Río Colorado. Su titular, Enrique Schmidt, informó que se han implantado viñedos de distintos varietales, los tradicionales franceses y el malbec argentino y los que mundo consume hoy. Tienen riego por goteo y una característica del lugar es que a lo largo de los años no se han registrado heladas tardías que los afecten. Lo atribuyen a la influencia del lago. En la chacra hay producción de avellanos y comenzaron a desarrollar una plantación de pistachos.
A lo largo del Colorado.- El río riega viñedos desde las ciudades de 25 de Mayo hasta La Adela, pasando por Casa de Piedra y Gobernador Duval. Se elaboran vinos varietales malbec, bonarda, cabernet franc, merlot, pinot verdod y pinot noar; como así también una gran variedad de uvas blancas y tardías.
Fuente: Diario Rio Negro