En el marco de la investigación por el crimen de la estudiante Agustina Fernández (19), el fiscal Martín Pezzeta acusó esta mañana al empleado petrolero de 37 años, Pablo Parra, de femicidio agravado y cometido con alevosía, ocurrido el 2 de julio de este año, en Cipolletti.
El crimen tiene una pena de prisión perpetua y será juzgado por un jurado popular. El hombre quedó en prisión preventiva mientras continúa la investigación.
Pezzeta detalló que, según los indicios, el brutal asesinato habría ocurrido entre las 19:32 y las 19:38, luego de que la víctima se encontrara con un amigo, y momento en el que se lo puede ubicar a Parra en el lugar de los hechos.
La última comunicación de Agustina fue a las 19:32 cuando le mandó un mensaje al joven que se acababa de retirar. Y vecinos manifestaron que en ese momento escucharon golpes y un grito de mujer.
Según la teoría fiscal, Parra y Agustina habían mantenido una relación íntima que ella había decidido cortar. En ese contexto, interpreta que el acusado mostraba una obsesión con la joven, incluso había comprado un anillo de compromiso y había planeado un viaje con ella a San Martín de los Andes. Pero ella había decidido apartarlo de su día a día, porque «lo único que quería era estudiar, recibirse y volver a su Santa Rosa natal».
«A las 18 horas, sabiendo que Agustina estaba con N.C, Pablo Parra le manda un mensaje. Como obviamente no contesta, a las 19 horas la espera en la vereda. Esa situación es vista por A.M, que justo llegaba al complejo», detalló.
«Las amigas de Agustina nos cuentan que ella no dejaba que Parra entre a su departamento para que no se le instale. Porque sabía que si lo hacía no lo iba a poder sacar más. Entendemos que con la excusa de algún tipo de reclamo como la devolución de algún tipo de elemento que siempre le prestaba Parra, logró que Agustina vaya a su departamento a comer ese día», agregó.
Según la descripción de la Fiscalía, el complejo es «un edificio totalmente cerrado» con solo dos vías de acceso: un portón que da a un garaje y el patio interno del departamento de PB, donde vive Parra. Para acceder por el patio interno, hay que ingresar por el patio de un vecino y saltar un tapial.
En el departamento de Confluencia al 1300, no se encontraron registros de ADN, ni huellas o pisadas que no sean de Parra y Agustina. Según la teoría fiscal, Parra dejó a la joven en su departamento, simuló que salía a comprar algo con su auto para regresar minutos después entrando por el patio del vecino.
En esa circunstancia, sorprendió a Agustina y comenzó a agredirla. La joven logró abrir la puerta de salida pero él la habría cerrado violentamente, quebrándole los dedos de una mano, agarrándola del pelo y tirándola al piso.
Allí se habría producido el brutal femicidio a golpes, con un elemento contundente y sin filo. Después de esa agresión, el acusado volvió a retirarse del lugar y fue a distintos locales comerciales a comprar helado y cervezas. Al volver a su vivienda fingió sorpresa de encontrar a Agustina herida y pidió auxilio a sus vecinos manifestando que le habían robado y que llamaran a una ambulancia.
La chica recibió la mayoría de las lesiones en la cabeza y luchó por su vida durante los 5 días que estuvo internada en el hospital Pedro Moguillansky.