El diagnóstico parte de un análisis de 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en 20 distritos del conurbano bonaerense. Cómo se movieron los salarios con los precios.
Según el relevamiento realizado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), en marzo de 2022 los precios aumentaron en promedio 3,95%. En diciembre pasado una familia de cuatro personas (dos adultos/as y dos hijos/as pequeños/as) necesitaba $31.849.95 para adquirir sus alimentos para todo el mes. Sin embargo, en marzo para cubrir las mismas necesidades requirió $38.449,72; lo que significó sumar a sus gastos de alimentos indispensables $6.600 (+20.7%).
El diagnóstico parte de un análisis de 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), que desde el Índice Barrial de Precios (IBP) realizan en 750 comercios de cercanía en 20 distritos del conurbano bonaerense.
La misma familia de cuatro personas que en febrero necesitaba $84,700.02, para solventar sus gastos esenciales que componen la Canasta Básica Total (CBT); un mes después requirió para adquirir los mismos productos $87,280.91. Es decir 3,04% más que en el mes anterior; mientras que en el primer trimestre el valor de la CBT aumentó un 16,20%.
Durante el primer trimestre los incrementos fueron encabezados por los productos de verdulería (+33,97%), seguidos por los del rubro almacén (+23,42%) y los de carnicería (+12,15%).
En el último informe del INDEC sobre evolución de salarios, se refleja un incremento de las remuneraciones de los trabajadores registrados a lo largo del año 2021 fue de 56,5%.
Durante esos doce meses, según el Índice de Precios del Consumidor (IPC) los precios subieron un 51%, los asalariados registrados habrían tenido una recuperación 5,5 puntos porcentuales.
Mientras que las remuneraciones de los trabajadores informales en ese mismo período se incrementaron un 40%; por lo cual en ese sector se perdieron 11 puntos porcentuales.
Para el economista Isaac Rudnik, autor del informe, «durante el primer trimestre de este año la inflación fue más de 20% y casi no hubo subas salariales. El “efecto arrastre” de la inflación en los alimentos arrasa con cualquier recuperación salarial que se pudiera haber producido en un año de crecimiento de 10% en el PBI, y sigue hundiendo el poder adquisitivo de los asalariados del sector informal».