Una alianza de derecha liderada por el partido Hermanos de Italia de Giorgia Meloni parecía encaminada a obtener una clara mayoría en el próximo parlamento, según los sondeos a pie de urna realizados el domingo tras la finalización de la votación en las elecciones nacionales italianas.
Los sondeos, de confirmarse, darían a Italia su gobierno más derechista desde la Segunda Guerra Mundial, y se espera que Meloni se convierta en la primera mujer en ejercer el cargo de primer ministro del país.
Un sondeo a pie de urna para la emisora estatal RAI dijo que el bloque de partidos conservadores, que también incluye a la Liga de Matteo Salvini y al partido Forza Italia de Silvio Berlusconi, obtuvo entre el 41% y el 45%, suficiente para garantizar el control de ambas cámaras del Parlamento.
«¡La centro-derecha está claramente por delante, tanto en la Cámara Baja como en el Senado! Será una noche larga, pero ya quiero dar las gracias», dijo Salvini en Twitter.
La ley electoral italiana favorece a las formaciones que consiguen crear pactos antes de las elecciones, lo que les otorga un número de escaños superior al de su número de votos.
Según la RAI, la alianza de derecha ganaría entre 227 y 257 de los 400 escaños de la Cámara Baja, y entre 111 y 131 de los 200 del Senado. Los resultados completos se esperan para las primeras horas del lunes.
Como líder del mayor partido de la alianza ganadora, Meloni es la opción obvia para convertirse en primera ministra, pero el traspaso de poderes es tradicionalmente lento y podría pasar más de un mes antes de que el nuevo gobierno tome posesión.
Meloni, de 45 años, resta importancia a las raíces posfascistas de su partido y lo presenta como un grupo conservador. Se ha comprometido a apoyar la política occidental sobre Ucrania y a no correr riesgos indebidos con la tercera economía de la zona euro.
Sin embargo, es probable que el resultado haga saltar las alarmas en las capitales europeas y en los mercados financieros, dado el deseo de preservar la unidad en las relaciones con Rusia y la preocupación por la enorme montaña de deuda italiana.
Baja participación sin precedentes.
El resultado culmina un notable ascenso de Meloni, cuyo partido solo obtuvo el 4% de los votos en las últimas elecciones nacionales de 2018, pero esta vez se pronostica que saldrá como la mayor formación de Italia con alrededor del 22-26%.
El respaldo, sin embargo, no ha sido rotundo, ya que los datos provisionales apuntan a una participación de apenas el 64,1% frente al 74% de hace cuatro años, una cifra récord en un país que históricamente ha gozado de un alto nivel de participación electoral.
Las primeras elecciones nacionales de otoño boreal en Italia en más de un siglo fueron causadas por las luchas internas de los partidos que hicieron caer al amplio gobierno de unidad nacional del primer ministro Mario Draghi en julio.
Italia tiene un historial de inestabilidad política y el próximo primer ministro dirigirá el gobierno 68 del país desde 1946 y se enfrentará a una serie de retos, especialmente el aumento de los costos energéticos y los crecientes obstáculos de la economía.
El nuevo y reducido parlamento no se reunirá hasta el 13 de octubre, momento en el que el Jefe de Estado convocará a los líderes de los partidos y decidirá la forma del nuevo gobierno.
Fuente: Reuters