La joven estudiante brutalmente atacada falleció el 5 de julio, tres días después del ataque. Los investigadores ajustan las líneas de investigación, sin resultados contundentes por el momento.
Pasaron 60 días de la muerte de la estudiante pampeana en Cipolletti que fue brutalmente atacada en un complejo de viviendas, el 2 de julio pasado. En estos dos meses la investigación tuvo muy pocos avances: sirvió para descartar algunas líneas, pero no hay detenidos ni pistas claras.
En los últimos días hubo un allanamiento en la vivienda del hombre que podría tener vinculación con el caso. Además se le tomaron muestras de ADN para cotejarlas con los rastros que se tomaron del cuerpo de Agustina Fernández. La prueba científica es la principal herramienta que tiene la fiscalía para poder hallar el responsable del ataque, pero por sí sola y sin otros indicios pierde fuerza.
Por eso los investigadores vienen enfocados en un minucioso trabajo de cruces de teléfonos para tener más información que colabore con el esclarecimiento del caso.
El descuido de la escena del crimen, el enfoque de las primeras horas luego del hecho y la falta de rigor del personal que debía cuidar y recabar información en el lugar son los obstáculos que hoy deben superar los investigadores.
Cámaras de seguridad
Otro aspecto que tampoco colaboró con el proceso fueron las cámaras de vigilancia que hay en la ciudad y que dependen del gobierno provincial. La cámara del edificio ubicado en calle Confluencia al 1301 donde fue el ataque no funcionaba.
Pero los dispositivos en la zona no tenían monitoreo, lo que imposibilita un seguimiento de movimientos sospechosos. Incluso se visualizaron «movimientos raros» en cercanías al lugar, sin embargo no hay una continuidad.
¿Qué hay hasta ahora? La línea de investigación del identikit sigue siendo prioridad para el fiscal del caso Martín Pezzetta. Se dio a conocer el 8 de julio, pero nunca lograron identificarlo. Fue la primera comunicación oficial que hizo el Ministerio Público Fiscal sobre la causa.
Luego informaron que los cotejos de ADN sobre las muestras halladas dieron todas negativas. Además confirmaron que en las uñas de la joven de 19 años había rastros genéticos de un hombre. Se hicieron varias pruebas más, pero el resultado fue el mismo. Hasta el momento, las dos publicaciones formales que comunicaron desde el organismo.
Entre esos cotejos estuvo el de Pablo Parra, el amigo de Agustina con quien esa noche iba a compartir una cena. El ataque se dio en la vivienda de planta baja que él alquilaba. Salió a comprar mientras la joven se quedó preparando unas ensaladas en la casa. Entre las 19.30 y 20.15 que estuvo fuera se dio el ataque según la teoría de la fiscalía.
Se robaron los dos celulares y 1.000 dólares que tenía Parra en la vivienda. Nada de eso se recuperó. Por ahora Parra sigue dentro de las líneas de investigación, pero tanto el ADN como la confirmación de su coartada con las cámaras de seguridad debilitaron esa teoría.
Fuente: Diario Rio Negro