Nicolás Kasanzew, corresponsal de guerra, entrevistó en su casa de Romsey, Reino Unido, al general Julian Thompson, el último vivo de los jefes militares británicos importantes del conflicto de 1982.
A sus 88 años Thompson, autor del libro “No Picnic”, rebate varias de las falacias desmalvinizadoras que siguen circulando en la Argentina, verbigracia “los chicos de la guerra”, el hambre como si sólo hubiese sido privativo del ejército argentino, la generalización de que teníamos mal armamento y mal equipamiento.
Habla del mito de los gurcas degolladores, del coraje de pilotos y soldados conscriptos argentinos, puntualiza errores británicos en la conducción del conflicto, y admite un error personal suyo durante la batalla de Darwin-Goose Green. Asimismo implícitamente reconoce que antes de la muerte del teniente coronel H Jones, los argentinos habían detenido el avance inglés.
Al estar frente a un periodista argentino, claro está, no se abre del todo y repite algunas de las tesis de la propaganda inglesa. Por ejemplo, el número de bajas. Y si bien no niega que el portaaviones Invencible fue atacado por los Halcones argentinos, sostiene que este no fue impactado.
Es curiosa la caracterización que cita de los pilotos argentinos como «playboys»
Thompson vive con su mujer en un departamento de un coqueto barrio para adultos mayores, a una hora y media de Londres, siempre toma en sus almuerzos una copa de Malbec mendocino y hace unos años visitó la Argentina sin ser reconocido por nadie.