El Museo Provincial de Historia Natural abrió nuevamente sus puertas con motivo de la presentación del libro “Museos y comunidades en la Patagonia argentina. Representaciones y relatos históricos entre pérdidas y encuentros”, editado por María Silvia Di Liscia.
Con espacios renovados y con mucha expectativa de todo el equipo, el Museo se convertirá en uno de los principales escenarios de la Secretaría de Cultura en estas vacaciones de invierno.
“Estamos muy contentos de haber reabierto nuestras puertas al público. Pronto anunciaremos un cronograma para las Vacaciones de Invierno y una Agenda Crepuscular para seguir compartiendo los espacios del Museo. Invitamos a toda la comunidad a acercarse y compartir las próximas propuestas”, sostuvo la secretaria de Cultura Adriana Maggio, al momento de la reapertura.
Por su parte, el director del Museo de Historia Natural, Daniel Pincen, brindó detalles sobre las refacciones llevadas a cabo en el edificio, ”ya casi están listas todas las intervenciones, estamos más que contentos. A fines de junio se terminarán los arreglos exteriores y en septiembre será el último gran momento cuando tengamos montadas las salas completas, el laboratorio y la sala de consulta”.
“La obra incluyó la refacción de algunas áreas, se ampliaron y generaron nuevos espacios, mientras que otros se refuncionalizaron. Se colocaron dos techos nuevos y el reemplazo de un techo de vidrio por uno de losa. Se realizaron reparaciones de rasgaduras, recambio de membranas, arreglos de filtraciones de agua, se reacomodó toda la instalación de gas lo que no solo permitió la unificación del servicio en todo el edificio, sino además la posibilidad de poder montar un sistema de calefacción central en ambas plantas del edificio”.
Refuncionalización de espacios
En lo que respecta a los espacios explicó que en el caso de la planta baja se priorizó la funcionalidad y circulación tanto para la gente que lo visita como para el personal del edificio, “los espacios han quedado más unificados, ahora se puede llegar a todas los partes del museo, sobre todo en planta baja, sin tener que salir del edificio. Esta planta es el sector que más gente recibe, por eso tratamos de ampliar los espacios de circulación”.
Arte Propio que en un momento también funcionó como área educativa, en esta nueva etapa se reconvertirá en Biblioteca, en donde los visitantes podrán acercarse y hacer uso de este servicio dentro del Museo.
En el espacio donde había gran parte de la colección de zoología “se va a dejar solo parte del material junto a algunos elementos representativos de todas las colecciones, con la idea de poder generar un gabinete de naturalistas; aquí el público podrá ingresar y consultar el material y desde el Museo se generará alguna actividad específica relacionada con la temática”.
También se refuncionalizó el hall de entrada de calle Pellegrini “este espacio estará provisto de almohadones y sillones para que el visitante luego de haber realizado el recorrido de la muestra pueda reflexionar y distenderse. Queremos que la gente además de realizar una visita pueda quedarse y disfrutar de estos espacios”. Seguidamente agregó que en planta alta habrá un espacio para consulta de colecciones y de archivos».
Laboratorios de Paleontología y de Zoología
“Estamos muy contentos con la creación de estos espacios que llegan para brindar un servicio nuevo que son los de laboratorio”.
Laboratorio de paleontología
“El laboratorio de paleontología no solo será utilizado por y para el Museo, sino que además podrá solicitar su uso cualquier paleontólogo que necesite limpiar material. También está pensado el servicio para los estudiantes que hayan cursado paleontología 1, 2 en la Facultad de Exactas, que puedan venir y hacer prácticas en el marco de una cátedra o en el marco de lo que son prácticas profesionales o comunitarias, tanto para hacer tesis de grado con el material que tenemos disponible como para trabajar en la limpieza de fósiles”.
“En este momento ya contamos con dos martillos, uno que va a permitir realizar el trabajo más grueso y otro destinado a terminaciones, permitiendo recuperar los detalles del fósil. Estas herramientas trabajan con presión, además de acelerar la limpieza son herramientas específicas que no rompen al momento de realizar ese trabajo, ya que son diseñadas para esa función”.
Laboratorio de zoología
“Aquí cualquier docente, estudiante e investigador podrá solicitar el servicio y desde el Museo le facilitaremos el equipo para que puedan tomar fotos y trabajar en lo que necesiten”.
“En el laboratorio de zoología tenemos un microscopio o lupa con fototubo donde se le adosa una cámara digital que permite hacer microscopia, fotos de objetos o seres vivos muy pequeños, permite grabar videos y además se puede usar con una computadora, conectar a una pantalla, tiene una funcionalidad más para aula laboratorio”.
Apertura y actividades
Pensando en las vacaciones de invierno, desde el Museo se avanza en un programa de actividades “estamos hablando con la Dirección de Artística y el Área de Bibliotecas de la Secretaria de Cultura; la idea es poder concretar alguna función de teatro para chicos y algunas otras actividades”.
“Pasado el receso invernal, vamos a tener unos meses en donde nos vamos a enfocar en el montaje de la muestra fija y el guión del Museo y en forma paralela seguir generando actividades para un público adolescente/adulto con horarios de tarde noche”.
Pincen destacó la importancia de abrir el Museo a otras disciplinas artísticas que estén vinculadas con la música, el teatro, la literatura. “Ya estamos armando una agenda para aquellas personas que quieran ser parte de la misma y tenemos algunos músicos que se han contactado”.
Para finalizar hizo hincapié en que “pensamos un Museo en donde circule gente, que no solo sea los que trabajamos en el espacio, pensamos en gente de todas las edades que se vuelva a reapropiar del lugar”.
Museo de Historia Natural. Sus orígenes.
A continuación trancribimos un extracto del libro recientemente presentado “Museos y comunidades en la Patagonia argentina. Representaciones y relatos históricos entre pérdidas y encuentros (Rosario, Prohistoria Ediciones, 2022), que da cuenta del origen del Museo de Historia Natural de La Pampa.
El libro en una de sus partes se centra en Enrique Amadeo Artayeta y Teodoro Aramendía, quienes compartieron una fluida relación por correspondencia en sus roles de aficionados a las ciencias y directores de los Museos de la Patagonia y Regional Pampeano, respectivamente.
Sus intercambios dan cuenta de recolecciones de campo de objetos arqueológicos, procesos de investigación, discusiones prácticas y teóricas, así como redes de trabajo y reciprocidad. Sus vínculos, en función de sus roles de promotores culturales en sus localidades de acción, pero sobre todo en las gestiones que estas relaciones les permitieron desarrollar como coleccionistas, directores de museo y arqueólogos aficionados.
Teodoro Aramendía y el Museo Regional Pampeano
Teodoro Aramendía fue docente en los territorios de Neuquén y La Pampa, pero por sobre todas las cosas fue coleccionista y aficionado a la práctica arqueológica. Su colección personal dio origen al Museo Regional Pampeano en la ciudad de Santa Rosa (hoy Museo Provincial de Historia Natural de La Pampa), del cual fue el primer director. A la par que desempeñaba su trabajo en educación, como maestro y director de escuela, realizó diversas excavaciones y excursiones de investigación, muchas veces producidas durante el periodo de vacaciones estivales, que él mismo se ocupó de documentar. Gran parte de las colecciones recolectadas por el maestro constituyeron la base del Museo Regional, inaugurado el 9 de julio de 1935 en el edificio que ocupaba la Inspección General de Escuelas (Pellegrini180). Este, tal como lo indica su nombre, se constituyó de carácter regional, no circunscripto únicamente a la jurisdicción pampeana, sino comprendiéndola dentro de un entramado territorial más complejo y amplio. Para su organización, Aramendía tomó como modelo a los “grandes museos” nacionales, aunque en menor escala en cuanto a su acervo y personal afectado, distribuyendo en siete secciones sus objetos y colecciones: arqueología, antropología y etnología, geología, mineralogía, paleontología, zoología y botánica, a las que se sumaban numismática y una biblioteca. Mantuvo relación con científicos y académicos nacionales e internacionales, convirtiéndose en referencia para la recolección de objetos en la región pampeana y norpatagónica.
El Museo Regional Pampeano surgió con una clara orientación provincialista a partir de redes que involucraban a miembros de la justicia letrada territoriana, a agentes del Consejo Nacional de Educación y a la gobernación local, con un fuerte interés de construir una identidad pampeana (…). Fue la primera de las instituciones de este tipo creada en los territorios nacionales; sin embargo, no pudo sostenerse de manera continua ni insertarse en forma permanente en la estructura burocrático-administrativa de la gobernación, y su devenir tuvo altibajos por la falta de dinero y de un espacio propio en el Centro de Estudios Pampeanos. Por ello, entre 1937 y 1957 tuvo una trayectoria discontinua.
(…) … estos museos crecieron y se desarrollaron a partir de las primeras colecciones de aficionados naturalistas, que se dedicaron a recolectar y atesorar objetos arqueológicos y etnográficos. Con el paso del tiempo, esas colecciones se constituyeron en el núcleo, el corazón de esos museos, pero no eran sus únicos objetos y colecciones. Sus roles como gestores y sus relaciones permitían el ingreso de materiales por medio de donaciones, regalos, encargos y compras. El rol educativo asignado a estas instituciones se enmarcaba en el avance del nacionalismo en las décadas de los 30 y 40, junto con la consolidación notoria de los procesos de institucionalización de la patrimonialización de la historia y la arqueología nacional y regional. De esta manera, ambos museos (Museos de la Patagonia y Regional Pampeano) funcionaron como instrumentos necesarios para la pedagogía patriótica y moralizadora. Unir estos territorios marginales con la historia nacional revestía de gran importancia para ambos, por lo que los vínculos con las comunidades en que estaban insertos eran parte del entramado de acciones que conformaban a los museos: radio alocuciones, actos escolares, conmemoraciones, etc. Además, como parte de estos valores de corte nacionalista, ambos directores pensaban a los museos como templos cívicos o de educación que apuntalaban la construcción de memoria del Estado que se estaba constituyendo en estos espacios. Ambos museos, a su vez, se constituyeron gracias a los lazos sociales y la existencia de una comunidad de práctica, así como de estrategias comunes para el desarrollo de políticas públicas. Los intercambios entre ambos permiten entrever de manera superpuesta dificultades y desafíos para la administración de estos museos, pero también cómo los lazos profesionales habilitaban conversaciones y discusiones, tanto sobre acciones cotidianas como debates sobre teorías del poblamiento, sobre terminología o usos conceptuales, la conservación del patrimonio, el rol de las instituciones, etc. (…)”.