Se realizó la tercera audiencia del juicio por el femicidio de Agustina Fernández. El acusado es Pablo Parra, quien recibirá perpetua si es declarado culpable. Conmovedor relato del joven que estuvo con Agustina antes del crimen
La comisión investigadora
El primer testigo del miércoles fue Carlos Zapata, oficial principal, de la Brigada de Investigaciones. Se encarga de la investigación de delitos complejos en Cipolletti y Fernández Oro y fue el jefe de la comisión investigadora del crimen de Agustina. La integraban otros cinco agentes.
Zapata describió al jurado cómo comenzó la búsqueda del asesino. Tras el ataque a Agustina, la Brigada de Investigaciones inició su intervención y los primeros relevamientos, con entrevistas a los demás inquilinos del complejo. Allí se mencionó que Pablo Parra denunciaba un robo.
El oficial principal Zapata expresó que, luego de los testimonios, los integrantes de la comisión recopilaron imágenes de cámaras de seguridad privadas y oficiales. Con esos videos armaron el recorrido de Parra en su auto. Para la Fiscalía es un aspecto clave de las pruebas contra el acusado.
Lo que no se ve, ¿la clave?
La Policía pudo reconstruir gran parte del recorrido de Parra en el que hizo compras y pasó por la casa de sus padres. Sin embargo, «hay una parte en que se nos pierde» por la ausencia de cámaras, dijo el policía Zapata. Durante la investigación, la Fiscalía consideró que no pasó por cámaras porque el recorrido no fue el que describió Parra. Ese aspecto podría volver a analizarse ahora, en el juicio.
Identikit y posibles sospechosos
Antes de que Pablo Parra fuese el principal sospechoso se siguieron distintas hipótesis. Parte de su coartada estaba confirmada y en las imágenes de cámaras de seguridad se vio un encapuchado. Sumado a un testimonio sobre una persona tatuada en la cara, dirigieron la mirada de los investigadores a esa persona misteriosa. Se realizó un identikit que fue difundido por la Fiscalía.
Zapata afirmó que «hubo tres sospechosos -por el encapuchado, entre ellos un rapero», pero que rápidamente «todos fueron descartados» como posibles asesinos.
También se investigó a todos los demás inquilinos del complejo de departamentos, como indica el protocolo. A excepción de Parra, ninguno generó sospechas.
Sin sospechas sobre el mozo
La última persona que pasó tiempo con Agustina Fernández fue un joven llamado Natanael. Según la teoría de la fiscalía y la querella, tuvieron relaciones sexuales en el departamento de la joven y eso detonó el ataque de Parra. El mozo fue incluido en la lista de sospechosos, pero su relato convenció a los investigadores. Al momento en el que se habría producido el femicidio, estaba en su trabajo.
¿Por qué la Policía se convenció de que fue Parra?
La hipótesis del robo se mantuvo por algún tiempo, pero el relato que brindó Pablo Parra comenzó poco a poco a generar más sospechas. Mientras Criminalística descartó que hubiese huellas de desconocidos en su departamento, la Brigada de Investigaciones lo ubicó como el principal sospechoso por los videos de seguridad.
«Él en la denuncia -del robo- dice que va a la casa de los padres y las cámaras muestran que va hacia otro lado», dijo el oficial principal Zapata. A criterio de los investigadores, no había motivos para dar una versión falsa del recorrido que hizo al salir del edificio de calle Confluencia.
Las dudas de la defensa
Los abogados de Parra, Juan Manuel Coto y Gonzalo Rodríguez, interrogaron al oficial Zapata en torno a los sospechosos que fueron descartados. Consultaron sobre el cantante de rap y un malabarista, que tenían tatuajes en la cara y fueron identificados a partir de un identikit. El jefe de la comisión investigadora respondió que en todos los casos se hicieron análisis de ADN que dieron resultado negativo.
También se investigó a un hombre con antecedentes de hechos violentos, pero estaba bajo prisión domiciliaria y monitoreado con tobillera. El ADN también dio negativo.
Discusión por las muestras de ADN
La defensa de Parra centró su estrategia en muestras de ADN, como anticipó al jurado en la apertura del juicio por el femicidio de Agustina Fernández. Desde que comenzaron a dar testimonio peritos y policías, las consultas sobre muestras de ADN en distintas pruebas y personas, se reiteran las consultas sobre los rastros genéticos.
Este miércoles, el testigo Carlos Zapata, de la Brigada de Investigaciones, observó que la muestra que se extrajo del cuerpo de la joven «pudo estar contaminada» por el contacto con enfermeros del hospital. Ésa es la muestra clave para la teoría de la defensa.
El peritaje de la ropa
El segundo testigo del miércoles es Juan Raúl Rodríguez, oficial principal policía. Al igual que Zapata, explicó detalles de las primeras actuaciones tras llegar al lugar. Dijo ante el jurado que fue uno de los agentes que recibió la ropa y zapatillas que vestía Agustina al ser atacada.
Advirtió sobre esas prendas que no se conservaron como prueba en forma inmediata. «Agustina estaba con vida, por eso no les resguardaron las manos ni la ropa. Los empleados de salud no hacen hincapié en la preservación de pruebas, actúan para preservar la vida», explicó.
Búsqueda de rastros
Rodríguez sostuvo que el departamento de Pablo Parra fue registrado varias veces, en busca de rastros para confirmar la teoría del robo o encontrar alguna hipótesis sobre el femicidio de Agustina. También se peritó una camioneta de su trabajo, en la que no se hallaron pistas.
El Policía sostuvo que no se encontraron indicios de terceros, como ya habían expresado otros uniformados. Además, manifestó que en el lugar casi no había desorden, algo común en viviendas donde hubo robos.
El «ladrón» dejó celulares
El oficial Rodríguez detalló que hubo inspecciones al departamento junto a peritos, médicos forenses y para indagar en la hipótesis del robo. En ese contexto, destacó que se hizo un procedimiento para inspeccionar hasta el mínimo detalle del cajón de la mesita de luz del que -según la denuncia de Parra- el ladrón se llevó 1000 dólares.
El testigo dijo al jurado que en la mesa de luz «había dos celulares», que no se llevó el supuesto ladrón.
El trozo de tela clave
Rodríguez brindó detalles sobre el hallazgo de un trozo de tela, en el alambrado del patio contiguo. Esa tela tenía ADN de Parra, según se informó en la investigación. El Policía fue consultado en detalle sobre el procedimiento, ya que se debe garantizar que la prueba fue debidamente custodiada. Afirmó que «se juntó con guantes, en un sobre y que hubo testigos».
Entre las personas que vieron cómo se obtuvo la muestra, según dijo Rodríguez al jurado, estaban «el dueño de la casa vecina y el propio Parra».
¿Muestra contaminada?
El testigo Rodríguez detalló que en el trozo de la tela encontraron ADN de Parra, pero también el de una policía. Dijo que «supone» que lo contaminó al manipular el sobre. La recolección de la muestra la había efectuado un experto en papiloscopía.
Contaminación de pruebas
Al analizar la recolección del trozo de tela y la aparición del ADN de una policía, la defensa de Parra consultó al oficial Rodríguez: «El pedazo de tela y el cajón de la mesita de luz fueron contaminados por los policías, ¿hubo otro elemento contaminado?». El testigo respondió de manera contundente: «No».
Durante el testimonio del Policía se cuestionó que en los procedimientos no todos los agentes tenían el mameluco blanco que los cubre por completo y evita que se contamine la escena de un crimen. Rodríguez afirmó que «Criminalística tiene recursos limitados» por lo que no puede formar dos equipos para analizar escenas en forma simultánea. Cuando inspeccionaron el departamento, los agentes volvían de trabajar en otro femicidio.
El primer demorado de la causa
En un extenso testimonio, Rodríguez también fue consultado por un hombre que fue demorado como sospechoso. Lo revisó un médico y determinó que tenía una mano lastimada. También el cuello. Le secuestraron anillos y un bolso con un cuchillo.
Rodríguez afirmó que la detención se hizo en base al identikit, pero no tenía tatuajes en la cara, motivo por el que se lo descartó.
Agustina tenía fibras del trozo de tela azul
Rodríguez afirmó al jurado que en el cuerpo de Agustina hallaron fibras que se corresponden con la tela azul secuestrada en el patio contiguo al departamento.
Declaró la policía que contaminó la tela azul
La tercera audiencia del juicio se retomó con la declaración de Araceli Alarcón. Es la policía de Criminalística cuyo ADN fue encontrado en la tela azul que incrimina a Pablo Parra.
Explicó el procedimiento para retirar la tela del cerco. Y cómo la preservaron en un sobre improvisado. Lo hizo ella con papel, porque no había sobres comprados en librería.
Sobre artesanal y lapicera
Buscan explicar la contaminación del ADN. La querella le consultó a Alarcón si usó guantes para fabricar el sobre y la policía respondió que no.
En tanto que la defensa le preguntó si todas las personas que firmaron el sobre después de introducir la tela azul firmaron con la misma lapicera. La policía respondió que se usó «una sola lapicera». Parra fue una de las personas que usó la lapicera, ya que firmó como testigo.
Equipo especial para ver las huellas
Pedro Quilodrán, perito del Poder Judicial, participó de la investigación al realizar análisis mediante utilización de la estación trabajo DCS5. Se trata de un sistema para mejorar el contraste y calidad de los rastros tomados en la escena del crimen. A la huella se le inyecta luz y se saca una foto. Luego, se mejora hasta un 60 % la visualización de las huellas dactilares y otros rastros.
Sin rastros de terceros
El perito especializado del Poder Judicial analizó rastros de evidencia tomados en la escena del crimen de Agustina Fernández. Aseguró que la huella digital es invalorable como método de identificación y afirmó al jurado popular que no encontró huellas de personas que no estén identificadas.
Para Criminalística, el asesino la atacó con una llave
Félix Villegas, actual jefe criminalística en Cipolletti, se desempeñaba en Bariloche cuando se produjo el femicidio de Agustina. Participó de la investigación peritando las llaves del departamento de Pablo Parra como uno de los elementos con los que fue atacada la joven.
Villegas hizo pruebas con golpes a 30, 45 y 90 grados sobre impresiones en goma eva. Concluyó que las pruebas a 45 grados coinciden con una de las lesiones que tenía la joven en su cara. Esa hipótesis será contrastada con la declaración de un médico forense.
Villegas respaldó a los policías de Criminalística
El actual jefe de Criminalística, por otro lado, respaldó al personal policial que recolectó pruebas en la escena del crimen. Respecto del secuestro del trozo de tela azul, aclaró que el protocolo no necesariamente ordena usar guantes en todo el operativo sino «cuando se recolectan elementos» y tampoco se exige que los utilicen los testigos.
Durante la investigación del caso, Villegas analizó el procedimiento y realizó un informe que respalda la validez de la prueba.
Declaró el vecino de Parra
Cristian Martínez fue una de las primeras personas que se encontró con Parra, en el complejo de departamentos, pidiendo ayuda mientras agustina agonizaba por los golpes que había recibido. Relató que vio a la joven de espalda, en el piso y ensangrentada, y recordó que Parra estaba muy nervioso. El acusado le pidió que llame a la policía pero no le pidió que llamara urgente a una ambulancia. El testigo escuchó que Parra mencionaba, en medio de la dramática escena, que le habían robado dólares.
Conmovedor relato del joven que estuvo con Agustina antes del crimen
El de Natanael Carrasco fue el último de los testimonios que se escuchó en la audiencia de este miércoles. El muchacho de 30 años mantuvo un encuentro con Agustina el día que la mataron, hecho que para la parte acusadora fue el “detonante” que llevó a Parra a cometer en feroz ataque. Estuvo entre los primeros sospechosos. “Era una persona muy dulce”, dijo.
Contó que se siente culpable porque ella le pidió que pasara la noche con él, pero que no pudo porque tenía que cumplir con su trabajo, en un bar del centro cipoleño, donde se conocieron. Sostuvo que fue un golpe duro para él y que lo va superando gracias al acompañamiento de su familia y en el deporte, aunque también acudió a sesiones de terapia. Admitió que cuando se enteró del hecho pensó en Parra, a quien conocía. Al salir de la sala se estrechó en un largo abrazo con la mamá de Agustina.