Así lo reveló el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, al frente de la transición de Gobierno.
El presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Bolsonaro, se comprometió ante el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, con el proceso de transición gubernamental para permitir la asunción del mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva, el 1° de enero próximo.
«El presidente reiteró compromisos de sus funcionarios respecto de la transición, marcada por la transparencia, la planificación y la previsibilidad», informó Alckmin a la prensa tras encontrarse con el presidente en el Palacio del Planalto, la sede del Gobierno, en Brasilia.
Alckmin estuvo en la casa del Gobierno reunido para iniciar la transición con el jefe de Gabinete de ministros, Ciro Nogueira, ocasión en la cual Bolsonaro conversó con él.
«Fue algo positivo, el Presidente me dijo que fuera hasta su oficina donde expresó la disposición del Gobierno para proveer informaciones para que la transición esté marcada por el interés público», dijo Alckmin.
Responsable de la transición
Lula designó a Alckmin al frente de la transición de Gobierno, acompañado por la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, y el coordinador del programa del gobierno que ganó las elecciones del domingo, Aloizio Mercadante.
La declaración de Bolsonaro ocurrió después de que pidiera a miles de sus seguidores quienes se negaban a reconocer la victoria de Lula que interrumpieran las protestas con bloqueos de carreteras debido a que era una ilegalidad y causaba pérdidas a la economía.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, con una reelección en 2006, logró acceder a un tercer mandato al vencer a Bolsonaro en la segunda vuelta electoral del domingo 30 de octubre.
Las normas de la transición en Brasil
Los trabajos de la transición deben comenzar el próximo lunes en el Centro Cultural Banco do Brasil de la capital brasileña, como es tradición durante el cambio de gobierno.
Se espera que el presidente electo, Lula da Silva, llegue a Brasilia la próxima semana para participar de reuniones sobre la transición y con los presidentes del Senado, Rodrigo Pacheco, y de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.
Durante el periodo de transición gubernamental, el equipo de gobierno saliente ofrece una gran cantidad de información del país a un equipo nombrado por el presidente electo, incluidas cuestiones económicas como gastos, deudas e ingresos en las arcas públicas.
Las normas del proceso fueron establecidas tras una iniciativa del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), quien firmó un decreto para la transición, posteriormente aprobado por el Congreso y transformado en ley permanente.
En esa ocasión, la transmisión del poder ocurrió entre Cardoso y precisamente Lula da Silva, quien asumió el 1 de enero de 2003 su primer mandato de cuatro años y fue reelecto para un segundo mandato de 2007 a 2010.
Según la legislación, el equipo de transición tendrá acceso a la información sobre las cuentas públicas, programas y proyectos del Gobierno federal.
Los miembros del equipo de transición recibirán informaciones de diversas áreas como economía, salud, educación e infraestructura y ocuparán en el proceso los Cargos Especiales de la Transición Gubernamental.
La ley establece un límite de 50 personas para ocupar estos puestos. Los miembros del Gobierno saliente están obligados por ley a facilitar la información que solicite el coordinador del equipo de transición, así como a prestar el apoyo técnico y administrativo necesario para su trabajo.