El alegato final fue este jueves en la Ciudad Judicial de Santa Rosa, La Pampa y la querella pidió que la madre de la víctima y su pareja sean declaradas culpables de «homicidio calificado y abuso sexual».
El fiscal del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, el niño de cinco años asesinado en noviembre de 2021 en la capital pampeana, pidió al tribunal que la madre de la víctima y su pareja sean declaradas culpables del «homicidio calificado y abuso sexual» de la víctima, delitos que prevén la prisión perpetua. Este jueves fue el alegato final de la fiscalía y el debate se reanudará el 2 de febrero al mediodía cuando se resuelva si las acusadas son culpables o no.
También se escucharon los alegatos de la madre, Magdalena Espósito Valenti, y a su pareja, Abigail Páez, a quienes los fiscales Walter Martos, Verónica Ferrero y Marcos Saccose acusaron del «homicidio triplemente calificado» y «abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización», en perjuicio del menor. Agregaron a la acusación el agravante de «odio de género». El abogado José Mario Aguerrido, querellante por parte de Christian Dupuy, padre de Lucio, adhirió al pedido de la fiscalía.
Además, desde la querella señalaron que «agredieron físicamente, en forma conjunta» a Lucio entre las 17.30 y las 19.40 del 26 de noviembre de 2021 en la casa en la que vivían en Santa Rosa, ocasionándole múltiples lesiones que le provocaron la muerte luego de un período de agonía.
Según la autopsia, solicitada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), el niño «presentaba politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data» y que el deceso se produjo por una «hemorragia interna», producto de las agresiones.
Los alegatos de la defensa, pronunciados por Pablo Andrés De Biasi y Silvina Blanco Gómez, plantearon la hipótesis de un hecho «preterintencional», es decir, cuando el agresor tiene intenciones de causar un daño pero no la muerte y señalaron que «hay dudas razonables” para poder probarle los hechos a las acusadas.
Abigail Páez fue la primera de las acusadas en declarar y expresó: «Todo lo que puedan decir de mi es horrible, por eso le pido perdón a las personas que se hayan sentido tocadas por el tema y por toda esta situación, y que lo lloran y lo extrañan como me pasa a mí y a su mamá».
«También quiero pedirles disculpas a mi familia y a mi mamá porque les fallé, porque ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él (por Lucio) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar», agregó.
Por su parte, Magdalena Espósito Valenti, asumió sus culpas por los incumplimientos como madre y apuntó contra Christian Dupuy: «Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque padre le queda grande. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura».
Por otro lado, durante la audiencia de este miércoles, no declararon testigos ya que la defensa desistió del testimonio a distancia de un médico, mientras que se incorporaron a la causa una serie de pruebas documentales para que el tribunal las evalúe al momento de dictar la sentencia.
Voceros judiciales especificaron que el último testigo del proceso iba a ser un médico que se desempeña en la Unidad 1, dependiente del Servicio Penitenciario de San Luis, donde las imputadas permanecieron detenidas hasta el inicio del juicio.
Sin embargo, las defensas desistieron de ese testimonio y solicitaron que el informe del profesional igualmente se incorpore como prueba, lo que fue aceptado por la fiscalía, la querella particular y la Asesoría de Niñas, Niños y Adolescentes.
A su vez, durante la audiencia, los magistrados hicieron lugar a un pedido de la defensora Blanco Gómez, para que no se adjunten como pruebas documentales los informes técnicos de una médica y un psicólogo forense.
Por último, la totalidad de las partes pidieron la anexión de una serie de pruebas documentales, entre ellos registros fílmicos, estudios genéticos, fotografías, dibujos, el informe de la autopsia, historias clínicas e informes de Sanidad Policial, la Agencia de Investigaciones Científicas y del Servicio Penitenciario puntano, entre otras.
El juicio, que se desarrolló a puertas cerradas ya que la víctima era menor de edad y se debatió un delito contra la integridad sexual, comenzó el pasado 10 de noviembre y, desde entonces, concurrieron a declarar 70 testigos, aunque se preveían más de 100.
El crimen de Lucio ocurrió el 26 de noviembre de 2021, cuando el niño murió a raíz de los golpes recibidos. Por la muerte del menor, detuvieron a su madre y a la pareja de ésta, quienes en un primer momento estuvieron alojadas en la seccional 6ta. de Santa Rosa, donde recibieron duras agresiones, por lo que luego las derivaron a San Luis.
Según la autopsia, solicitada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), el niño «presentaba politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data» y que el deceso se produjo por una «hemorragia interna», producto de las agresiones. «En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así», había dicho a Télam el forense Juan Carlos Toulouse.
Tras la muerte de Lucio se determinó que el niño había sido asistido al menos cinco veces en un lapso de tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa, aunque no había denuncias de profesional alguno al respecto, como así tampoco de las autoridades del jardín de infantes al que asistía.
Por tal motivo, se inició una investigación administrativa a nivel gubernamental para establecer responsabilidades de funcionarios en la omisión de denuncias que pudieron haber evitado este desenlace.