La casa francesa se disculpó en su cuenta de Instagram y retiró todas las fotos de la campaña de la colección primavera verano 2023, entre ellas una en la que aparecía un menor que sostenía un bolso envuelto en cinturones negros.
La casa de lujo francesa Balenciaga se encuentra en el punto de mira tras una campaña publicitaria con menores y accesorios de connotación sexual que indignó a una de sus musas, la influencer Kim Kardashian, y ha llevado a la marca a pedir disculpas y recurrir a la justicia.
La polémica, que estalló en las redes sociales hace una semana, no es nueva en el entorno de la moda, donde las marcas a veces juegan con los límites de la estética y las prohibiciones para destacar.
La última campaña publicitaria de una «Gift collection» muestra dos imágenes de niñas de pie en un sofá y en una cama que sujetan un osito de peluche con correas negras. «Ropa que algunos consideran inspirada en el BDSM», o prácticas sexuales sadomasoquistas, reconoció el lunes Balenciaga, una de las marcas del grupo Kering.
Las fotografías de esta campaña fueron tomadas por Gabriele Galimberti, fotógrafo de National Geographic, quien ya ha publicado un comunicado explicando su punto de vista sobre estos hechos. “Como fotógrafo, sólo se me pidió que iluminara la escena dada, y tomara las fotos de acuerdo con mi estilo característico. Como de costumbre en un shoot publicitario, la dirección de la campaña y la elección de los objetos mostrados no están en manos del fotógrafo”, explicó.
Los accesorios «no deberían haber sido presentados con menores. Fue una pésima elección de Balenciaga», que asume «sola la responsabilidad», aseguró la casa el lunes, varios días después de haber retirado las fotos y de pedir disculpas por primera vez.
Pero algunos tuiteros observaron también que en otra foto que muestra un bolso de una colaboración con Adidas (colección primavera-verano 2023), el objeto reposa sobre documentos donde se leen extractos de un fallo del Tribunal Supremo estadounidense sobre pornografía infantil.
En las redes sociales, algunos han relacionado las dos campañas y han visto una voluntad deliberada de lanzar un mensaje ambiguo, del que Balenciaga se defendió el lunes: «Condenamos firmemente el maltrato infantil: nunca ha sido nuestra intención incluirlo en nuestro relato».
En este segundo incidente, Balenciaga asume «la total responsabilidad de la falta de vigilancia y control», pero la marca asegura haber presentado una «querella» por «inclusión de estos documentos no validada, resultado de una negligencia irresponsable».
Según el New York Post, la querella, presentada ante la justicia neoyorquina, está dirigida contra la casa de producción North Six y el decorador Nicholas Des Jardins y en ella reclama 25 millones de dólares en daños, lo que Balenciaga no confirma en su comunicado.
Kim Kardashian
«Ciertamente, no hubo ninguna intención maliciosa: como sabe Balenciaga, muchas cajas de documentos se obtuvieron porque fueron alquilados por una casa de accesorios», aseguró en un mensaje una abogada de Nicholas Des Jardins, Amelia Brankov. «Además, representantes de Balenciaga estuvieron presentes en la grabación», agregó.
Balenciaga ya había pedido disculpas la semana pasada, pero volvió a hablar el lunes después de que Kim Kardashian rompiera el silencio. A sus 74 millones de seguidores en Twitter, la empresaria estadounidense que ha invertido en cosméticos y lencería se dijo «conmocionada por las imágenes perturbadoras» de las campañas de la marca. Aunque también asegura que ha tomado nota de las disculpas de Balenciaga y ha recibido explicaciones.
«Estoy revaluando mi relación con la marca, en base a su voluntad de aceptar la responsabilidad de algo que nunca hubiera debido ocurrir, y las acciones que espero de ellos para proteger a los menores», dijo la influencer, madre de cuatro hijos, el domingo en Twitter.
Para Balenciaga la polémica se produce en mal momento, pues había roto lazos en octubre con Kanye West, exmarido de Kim Kardashian, tras sus salidas de tono antisemitas. Pero tres semanas después, el rapero, productor, estilista y empresario abrió el desfile en París de la marca en un decorado de lodo.