La anunciaron como la primera medida de la gestión de Alberto Fernández. Fue presidida por la ministra Victoria Tolosa Paz y estaba integrada por personalidades como Marcelo Tinelli y Estela de Carlotto. Hace 18 meses que no se reúne, mientras los precios de la canasta básica aumentaron sin parar.
La foto que abre esta nota fue difundida el 15 de noviembre de 2019 por los equipos de comunicación del presidente electo Alberto Fernández. El gobierno de Mauricio Macri transitaba sus últimas semanas de gestión.
El triunfador de la segunda vuelta electoral estaba a sus anchas y parecía ganar en iniciativas. Había conformado, de manera extraoficial, lo que sería el Consejo Federal Contra el Hambre, más conocida como la Mesa contra el Hambre. Junto a él destacan, a la izquierda, quien sería su primer ministro de Desarrollo Social, el actual diputado nacional Daniel Arroyo. A la derecha, Victoria Tolosa Paz, quien iba a ser designada como presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), es decir, quien estaría a cargo del proyecto anunciado con bombos y platillos: “Si llego a ser electo, me voy a poner el frente de la campaña contra el hambre en la Argentina”, había prometido el 7 de octubre de ese año el entonces candidato a Presidente por el Frente de Todos.
Ese mismo día pronosticó: “Lo primero que vamos a reperfilar son los precios de la canasta básica para que todos tengan acceso”. Menos de tres años después, la Mesa Contra el Hambre se disolvió, hace 18 meses que no se reúne, la canasta básica de alimentos no dejó de aumentar, la pobreza subió y los movimientos sociales tanto propios como de izquierda reclaman más comida porque la ayuda del Estado no alcanza.
La iniciativa del flamante inquilino de la Casa Rosada generó una expectativa inusitada, tanto que consiguió reunir a figuras dispares detrás del noble objetivo: la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el conductor de TV Marcelo Tinelli; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; la chef Narda Lepes; la diseñadora María Cher, el presidente de Syngenta Antonio Aracre; el titular de la CTA Pablo Micheli; el entonces vicepresidente primero de la DAIA David Stalman, entre otros. A ellos se les sumaron, en el lanzamiento oficial, ya en la Casa Rosada, figuras como el escritor Martín Caparrós e Hilda “Chiche” Duhalde. El periodista, se encargaría más tarde, de aclarar que solo fue invitado a ese encuentro.
“La Mesa Contra el Hambre ya no existe como tal”, reconocen desde el propio Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Y destacan: “Cómo ámbito de trabajo no existe más. Ya no existe como mesas de trabajo, objetivamente es así”.
Desde el Gobierno se escudan en la pandemia para justificar el fracaso de la Mesa Contra el Hambre. Afirman que las iniciativas se volcaron en hacer llegar alimentos a los más necesitados, a reforzar las raciones para las familias que por el aislamiento social y preventivo no podían salir de sus hogares ni para hacer changas. Sin embargo, después del COVID-19, apenas hubo alguna reunión mixta, presencial y virtual.
Un dato refleja la inacción del organismo a pesar que los índices de pobreza e indigencia no mejoraron y que el valor de la canasta básica de alimentos no paró de aumentar: las únicas reuniones que se realizaron fueron presididas por el mismo ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. El actual diputado asumió el 10 de diciembre y dejó el cargo el 10 de agosto de 2021. Lo reemplazó Juan Zabaleta quien se mantuvo en funciones hasta el 9 de octubre de 2022. En sus 14 meses de gestión, el intendente de Hurlingham no creyó necesario convocar a la Mesa Contra el Hambre para discutir medidas a mediano plazo una vez superada la urgencia de la pandemia.
A Zabaleta lo reemplazó Victoria Tolosa Paz quien, antes de asumir como diputada nacional había presidio el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, el organismo del que dependía el Consejo Federal Contra el Hambre. De hecho, fue la propia funcionaria quien le dio la extremaunción a la rutilante mesa que debía generar ideas para paliar el hambre en el país. Ante una consulta de Infobae, el 21 de enero pasado, respondió: “La mesa, que nació con grandes personalidades, como suele pasar con muchas iniciativas, y hoy se transformó en talleres”.
Las actuales autoridades del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales informaron a este medio que la Mesa Contra el Hambre fue convocada en solo cinco oportunidades con la siguiente agenda:
- El 20 de diciembre de 2019, el flamante Presidente presidió la reunión que se desarrolló en Casa Rosada. Ante una multitud de personalidades, planteó la necesidad de garantizar el acceso a los alimentos de los sectores más vulnerables. “Tenemos que tener vergüenza de decirnos el país que produce alimentos para 400 millones de personas y no podemos alimentar a 15 millones de personas en situación de pobreza”, dijo y calificó el plan como una “batalla moral”.
El ministro Arroyo, a cargo de la coordinación del plan, la definió como “la primera política de Estado del siglo XXI” y esbozó lo que sería su impronta en la cartera de Desarrollo Social: “Baja de precios a la canasta básica, la entrega de una Tarjeta Alimentaria para los sectores más vulnerables, acuerdos inter sectoriales, y políticas alimentarias acordadas con cada provincia e infraestructura”. A su turno Tolosa Paz destacó que “la prioridad es que los más chicos tengan un plato de comida en la mesa”.
-El 18 de agosto de 2020, nueve meses más tarde se concretó el segundo cónclave. Lo encabezó el entonces ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Fue virtual por la pandemia del COVID-19 . Se conformaron tres comisiones para trabajar diversos temas como “comercialización de alimentos para la soberanía Alimentaria, acceso a los alimentos; calidad y educación nutricional y Producción”.
-El 20 de diciembre de 2020 fue el tercer encuentro. Otra vez Arroyo lideró el debate en el cual se repitieron frases y consignas anteriores: fortalecer la producción de alimentos y garantizar la soberanía alimentaria de toda la población.a
-El 10 febrero de 2021 Fernández volvió a estar presente junto a Arroyo y Tolosa Paz, la titular del Consejo Nacional de Políticas Sociales.
-El 7 de mayo de 2021 fue el último encuentro. Arroyo y el Presidente fueron los encargados de anunciar la ampliación de la Tarjeta Alimentar y el aumento de los montos para la compra de alimentos. “Nada me preocupa más que el hambre de los argentinos”, afirmó Fernández y anunció que la Tarjeta Alimentar ampliaría su alcance a niños y niñas de hasta 14 años y que su monto pasaba a ser de $6000 para madres con un hijo, de $9000 para madres con dos hijos y de $12.000 para tres hijos o más.
Las palabras que eligió el Jefe de Estado para expresarse ante la sociedad después del encuentro que tuvo como marco el Museo del Bicentenario son una muestra más de las dificultades que enfrenta la dirigencia para resistir un archivo: “A pesar de la pandemia no cedimos en la lucha contra el hambre, en ese contexto nunca bajamos los brazos, nada me preocupa más que el hambre de los argentinos, y más cuando los chicos y las chicas menores de 14 años, 6 de cada diez de ellos, están bajo la línea de pobreza”. “Los acreedores deberán esperar”, concluyó. El encuentro fue presencial y virtual, entre los que estuvieron a distancia destacaban, por ejemplo, Esteban “Gringo” Castro, el secretario general de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP); Carlotto; monseñor Carlos Tissera, presidente de Cáritas y Osvaldo Carnival, representante de ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina).
Ese fue el corolario de la corta vida de la Mesa Contra el Hambre utilizada como caballito de batalla durante la campaña pero que además había concitado la atención de una gran parte de la sociedad y de figuras de la política, la ciencia, la literatura, los derechos humanos, el empresariado y la literatura.
Tolosa Paz, la ex presidenta del organismo del cual dependía la Mesa Contra el Hambre, tuvo su primer contacto con las políticas sociales de la mano de Hilda “Chiche” González, la histórica compañera del gobernador Eduardo Duhalde y quien en los años ‘90 implementó un revolucionario plan de asistencia a los sectores más necesitados que descubrió en la Cuba de Fidel Castro y que supo amoldar a las necesidades del castigado conurbano bonaerense: el “programa de las manzaneras y comadres”.
La ex senadora es muy generosa al recordar a su por entonces joven y entusiasta colaboradora. De hecho, la llamó para desearle buenos deseos apenas juró como ministra de Desarrollo Social. Sin embargo, es muy dura cuando habla de los programas sociales del gobierno de Alberto Fernández.
“El Potenciar Trabajo nació para fracasar. Cuando las cosas se hacen mal fracasan”, dijo en una entrevista el jueves pasado y reveló una infidencia: al ser convocada para aportar ideas contra el hambre le preguntó a Arroyo por qué había tantos funcionarios que provenían de los movimientos sociales, como Emilio Pérsico, líder del Evita, y Daniel Menéndez, el coordinador nacional de Somos Barrios de Pie. Chiche Duhalde afirma que se mostró contraria a que quienes reciben los alimentos para distribuir a través de sus organizaciones, sean, a su vez, funcionarios; algo así como estar de los dos lados del mostrador.
La dirigente peronista también repasó públicamente su retiro del Consejo Federal Contra el Hambre: “Abandoné la mesa porque pensé que la segunda reunión iba a ser más específica de personas que entendían de lo que estaban hablando. Pero no, se repitió la misma escena. Una enorme mesa con los mismos personajes que pueden ser muy valiosos en lo que hacen, pero que muchos de ellos no eran expertos en el tema del hambre. No veía la voluntad de hacer una reunión con expertos y con capacidad de resolver”, criticó.
Caparrós, autor de el libro El Hambre, una de las mejores prosas que se escribió sobre el tema y que revela escenas descarnadas que el autor recopiló de primera mano en el mundo, fue contundente al expresar su descontento por la utilización de su nombre en las crónicas periodística donde sigue apareciendo vinculado a esa comisión: “Veo que escriben sobre el ‘Consejo Federal contra el Hambre y me incluyen. ¿Podrían por favor rectificar y aclarar que nunca estuve en ninguna reunión de ese Consejo, solo fui invitado a la mesa en la que se anunció su lanzamiento?´”, escribió en su cuenta de Twitter.
La poca actividad de la promocionada Mesa Contra el Hambre y las acciones gestionadas desde el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que presidía Tolosa Paz fueron utilizadas por dirigentes sociales, como Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, para criticar la reciente llegada de la funcionaria al sensible ministerio. “Tolosa Paz fue parte de la Mesa contra el Hambre, que fue un bluf, un fracaso estrepitoso”, opinó el líder de la Unidad Piquetera. Y fustigó: “La nueva ministra asume con los programas cerrados, con un enorme conflicto social y no sabemos con qué programa, qué discusión o debate va a abrir con las organizaciones sociales”, remarcó el dirigente del PO a Infobae.
Más allá de las caracterizaciones políticas que se puedan hacer sobre la participación de la ministra en el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, hay que enfatizar que el cuadro socio-económico al que se enfrenta no es sencillo. Los piqueteros volverán a las calles para reclamar la apertura de planes sociales, algo que ya fue desterrado por decreto presidencial, y para exigir más comida para los comedores y merenderos. También por la calidad y el escaso contenido de nutrientes que contienen. Pero no son los únicos que protestan por eso.
El viernes 30 de octubre la ex diputada recibió en el histórico edificio de la Avenida 9 de Julio a una delegación de la Unión Trabajadores de la Economía Popular, integrada por movimientos sociales allegados al Frente de Todos que le expresaron su preocupación por la falta de alimentos. Le aseguraron que en el mes de octubre no se recibieron envíos y que cuando llegan la variedad y calidad es cuestionable: muchos hidratos de carbono, y para cubrir los kilos faltantes se agrega yerba.
Ese mismo día le entregaron un trabajo realizado por la Universidad Popular Barrios de Pie que alarma. Los niños que asisten a los comedores de los barrios populares tienen carencia nutricional. Solo en el 17% de los hogares se ingiere carne, huevos o pollo una vez por día. En la mayoría de las casas se sirven porciones más pequeñas y el 25% de los chicos no recibe al menos una de las cuatro comidas diarias.
Infobae preguntó a un destacado funcionario si la fracasada Mesa del Hambre debería reflotarse, relanzarse ante la grave situación por la que atraviesan los sectores más vulnerables y su respuesta sorprendió: “La verdad es que no lo veo. Hay que hacer una cruzada alimentaria. Hay un severo problema con el aumento de precios de los alimentos. Con el pan a 400 pesos, con la leche a 240 pesos, con el kilo de falda a 1400 pesos es muy difícil para algunas familias llegar a fin de mes y la calidad nutricional está empeorando. No creo que sea posible reconstruir la Mesa Argentina Contra el Hambre. Lo que hay que hacer es estabilizar la canasta básica”, opinó.