Dimorpho no representa ningún peligro para nuestro planeta, pero la maniobra sirvió para reducir su órbita en unos 10 minutos, de modo que se estaría más cerca de un asteroide más grande, Didymos, el cual sí podría ser un riesgo.
La NASA envió una nave espacial para desviar la trayectoria de un asteroide y lo logró este lunes al impactar su objetivo. Fue parte de una prueba de “defensa planetaria” que busca proteger de una manera más eficiente a la humanidad frente a la colisión de un objeto cósmico que puede ser devastadora.
Según se supo, la nave, cuyas dimensiones son menores que las de un auto, estrelló a más de 20 mil kilómetros por hora contra el asteroide Dimorphos.
El momento fue transmitido en vivo. En las imágenes se podía observar de manera clara las rocas en la superficie gris del objetivo que se encuentra a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra.
Antes de que se produzca el impacto, los equipos de la NASA, que se encontraban reunidos en el centro de control de la misión en Maryland, festejaron con mucha euforia al ver que cada vez faltaba menos.
«Nos embarcamos en una nueva era, en la que tenemos potencialmente la capacidad de protegernos de un impacto de asteroide peligroso», dijo la directora de ciencias planetarias de la NASA, Lori Glaze.
Dimorphos mide unos 160 metros de diámetro y no representa ningún peligro para nuestro planeta. La maniobra fue realizada para reducir su órbita en unos 10 minutos, de modo que se estaría más cerca de un asteroide más grande, Didymos, el cual sí podría ser un riesgo.
Para constatar si la trayectoria del asteroide cambió, los científicos se tomarán varios días o semanas. Lo verificarán a través del uso de telescopios en la Tierra, capaces de detectar el cambio de brillo del mismo cuando se mueva por delante o por detrás del más grande.