El encargado del plan de seguridad e higiene de la empresa Vial A, Yamil Leonel Arenas Goñi, aceptó su responsabilidad en la muerte de dos trabajadores y acordó una condena a través de un juicio abreviado. La sentencia deberá ser validada por el juez Gastón Boulenaz el próximo lunes 29 de septiembre.
Si el magistrado convalida el acuerdo, Arenas Goñi será declarado culpable de “homicidio culposo agravado” y recibirá una pena de dos años y seis meses de prisión en suspenso, además de seis años de inhabilitación profesional y la obligación de cumplir 48 horas de tareas comunitarias.
El entendimiento fue presentado en una audiencia en la Sala 7 del Fuero Penal, donde el fiscal Andrés Torino detalló los términos del acuerdo alcanzado con los abogados querellantes —María Victoria Rambur, Martín Leyton y Nicolás Romano— y con el defensor del acusado, Mariano Alomar. Los familiares de las víctimas también dieron su conformidad.
El trágico episodio ocurrió el 22 de octubre de 2024, cuando los operarios Claudio Olgado (24) y Ezequiel Uriarte (27) murieron en un pozo cloacal en la esquina de Jujuy y Río de La Plata, en el barrio Zona Norte de Santa Rosa. Según las pericias, fallecieron por inhalación de gases tóxicos y falta de oxígeno en un espacio confinado.
El análisis determinó la presencia de sulfuro de hidrógeno, dióxido de carbono y un 20,9% de oxígeno en el lugar. Para la fiscalía, el desenlace pudo haberse evitado si se hubieran cumplido los protocolos previstos en el plan de contingencias.
Responsabilidades
En el inicio de la causa también fue imputado el capataz de obra, Pablo Andrade, quien había dado la orden para que los obreros descendieran. Sin embargo, la investigación lo desvinculó al no hallarse pruebas de responsabilidad directa en el fatal desenlace.
El fiscal Torino remarcó que Arenas Goñi, como técnico en seguridad e higiene y responsable del plan de contingencias de la empresa, omitió deberes de cuidado esenciales. Además, señaló que la firma Vial A ya había recibido llamados de atención previos por fallas en su sistema de seguridad e higiene. “Ambas muertes eran evitables”, concluyó Torino.

