La Fiscalía, la querella y la defensa hicieron sus alegatos ante el jurado popular del juicio por el crimen de Agustina Fernández. Presentaron sus conclusiones del juicio a partir de las pruebas y testimonios vertidos durante el debate. Los acusadores pidieron que Pablo Parra sea declarado culpable de femicidio. La defensa, en tanto, solicitó que se lo declare culpable.
Pablo Parra mató a Agustina Fernández con extrema violencia porque no soportó su rechazo. Preparó la escena para actuar con seguridad y luego del crimen intentó ocultarlo denunciando un falso robo. Así lo concluyó la Fiscalía de Cipolletti durante su exposición.
La defensa cuestionó duramente el caso de los acusadores. Aseguró que hubo un sesgo contra Pablo Parra, falta de «celo» en la investigación y denunció que «todo lo que se construyó» en base a las imágenes de cámaras de seguridad no es cierto «porque no es el auto de Pablo Parra».
El alegato del ministerio Público fue presentado por los fiscales Santiago Márquez Gauna y Martín Pezzetta. Los fiscales pidieron al jurado que analice «la prueba en su conjunto». Aseguraron que la acusación contra el único acusado «se probó» a partir de evidencia científica, pruebas documentales y «testimonios de expertos».
La teoría de la defensa tiene «un serio problema», dijo Márquez Gauna. «Parra, de su propia boca, les dijo que Agustina se defendió. La defensa necesita probarlo para que el ADN -bajo las uñas de Agustina- signifique algo. Y no lo probó, porque no lo puede probar. Porque no sucedió», dijo.
«La defensa nombró delincuentes, pero sabía que no eran sus rastros los encontrados. Los mencionó para confundir», les dijo el fiscal a los jurados.
Para la Fiscalía, no hay dudas: «La muerte de Agustina fue femicidio». Aseguraron que en la investigación y el juicio se probaron las características de un femicidio: la motivación, el detonante y un intento de ocultamiento del hecho.
La fiscalía
Los representantes del Ministerio Público destacaron que el acusado estaba obsesionado con la víctima y no toleró su rechazo. «En un femicidio hay un detonante. Este muchacho, como seguramente Parra observaría a Netanael Carrasco que no tenía su poder adquisitivo, estuvo con Agustina en el complejo manteniendo relaciones sexuales cariñosas, acaloradas y ruidosas. Parra creía que tenía una relación con Agustina, que era de su propiedad. Esto detona la actitud femicida: Si no sos mía nos de nadie».
Además, plantearon que tras el ataque Parra tuvo actitudes de ocultamiento, como mentir en la cuenta de correo de su teléfono. «A todos, lo primero que les decía era «me robaron». No hubo un solo testigo al que le hablase primero de Agustina», manifestaron los fiscales.
Consideraron que se «probó que estuvo en el lugar del hecho, por las cámaras de seguridad. No va a la casa de los padres, deja el auto en las inmediaciones y vuelve después de cometer el hecho», acusaron.
«La investigación fue completa. La cantidad de cámaras y horas de videos analizados, el análisis de los teléfonos y la cantidad de muestras de ADN que se tomaron» lo comprueba, dijeron Pezzetta y Márquez Gauna.
Pezzetta dijo al jurado que debían concentrarse en cuatro conceptos: obsesión, rechazo, ataque a traición y disfrazar. «Obsesión es tener la idea fija en algo, la reacción ante el no tiene que ver con el rechazo, ataque es destruir y ocultar es disfrazar la verdad: Pablo Parra», dijo señalando al acusado
Los investigadores concluyeron que «la cronología es fundamental» para entender el caso, estableciendo que el crimen se cometió entre las 19:34 y las 19:36.
La querella
El abogado de la familia Fernández compartió el análisis del caso que hizo la Fiscalía. Emanuel Roa Moreno dijo que son escasos «los puntos controvertidos en el juicio». Afirmó que no hay dudas sobre la causa de la muerte o la mecánica del ataque.
Por lo que se concentró en los «hechos controvertidos» por la defensa. «Ellos plantean que esto fue un robo y que él fue a tres lugares». Sin embargo, consideró, «la simulación del robo fue clarísima. La persona entró, comete un ataque salvaje y después roba de manera meticulosa los dólares, los celulares y un poquito de ropa. Eso es lo que no le cierra a ninguno de los Policías».
«La cronología nos muestra un encapuchado que coincide con las características físicas de Parra, quien tuvo ocho minutos para cambiarse» de ropa tras el crimen.
La preparación de la coartada se evidencia «porque movió el cuerpo para abrir la puerta». Según detalló, «Parra necesitaba poder volver y entrar al departamento» para su coartada. Se preocupó por «pagar con débito e ir a locales que tenían cámara. El robo es su coartada y entendemos que quedó desvirtuada en el juicio», concluyó.
La defensa pide que lo declaren inocente
Juan Manuel Coto, el abogado defensor de Parra, realizó un extenso alegato con críticas a los investigadores judiciales, los peritos de parte y la falta de recursos de la Policía. Advirtió, incluso, que el perito Eduardo «mostró el auto saliendo a las 19:46 y doblando un minuto antes. Ése no es el auto de Parra. Todo lo que construyeron por las imágenes no es cierto».
A diferencia de la querella, Coto sostuvo que Parra «nunca se ocultó. Se puso solo en el centro de la investigación contando en la escena que tuvo una relación con Agustina. Participó del operativo en el que se secuestró la tela, entregó su ADN, entregó su auto».
El defensor, por otro lado, dijo que «la única obsesión es Pablo Parra. (El asesino) Era Parra, era Parra o era Parra. Y a los culpables no se los fabrica, se los encuentra», manifestó.
Coto dijo a modo de ejemplo que «el único ADN que vincula a Parra está contaminado. Y el ADN (que no lo incrimina) y no está contaminado no lo tuvieron en cuenta».
En el cierre de su alegato, le dijo al jurado: «Les pedimos una decisión difícil, antipática. Somos conscientes. Pero si hoy se condena a un inocente, el culpable va a seguir suelto. La cárcel para un inocente es la impunidad del culpable. Consideramos que Pablo Parra no tiene que ser condenado».
Fuente La Mañana de Cipolletti