El primero iba a ser hoy por 24 horas. Y había dos más por 48 y 72 horas.
El Gobierno dictó ayer la conciliación obligatoria y frenó así el paro de 24 horas que la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) había anunciado para mañana.
Eran en el marco de un fuerte plan de lucha para este mes, que consistía en tres huelgas, ya que luego iba a haber otras dos de 48 y 72 horas, como consecuencia del fracaso de la paritaria del sector.
La Secretaría de Trabajo intervino a pocas horas de que se iniciara el primero de los paros anunciados.
El gremio que conduce Abel Furlán dictaminó seis jornadas de huelga que comenzaban este miércoles 6 de marzo con un paro nacional por 24 horas. Es en reclamo por subas en los sueldos frente a la inflación de los últimos meses.
El paro de este miércoles, que quedó sin efecto, iba a tener continuidad la próxima semana, con otro de 48 horas entre el 13 y 14 de marzo y de 72 horas la semana siguiente que empezaría el 19 y seguiría 20 y 21 de marzo.
«Desde diciembre pasado, el sector empresario se niega a reconocer incrementos salariales que acompañen el índice de inflación», sostuvo Furlán sobre las discusiones que mantienen con la parte empleadora en las paritarias.
La UOM apunta a las cámaras ADIMRA, AFARTE, AFAC, FEDEHOGAR, CAMIMA y CAIAMA, en la rama 17 de la metalmecánica. Y en paralelo, a la Cámara Argentina del Acero integrada principalmente por el Grupo Techint, por la rama 21 de los siderúrgicos.
El sindicato pidieron un aumento salarial del 35% a partir de febrero y la incorporación de una cláusula gatillo para activar mes a mes en base a los datos del INDEC. La propuesta de las cámaras era otorgar un anticipo del 15% «a cuenta de futuros acuerdos» a partir del 1 de febrero, lo que fue rechazado.
Los paros se convocaron «frente a la insensibilidad de los sectores empresarios que acumularon mayores niveles de rentabilidad en la Argentina durante los últimos años y en una actividad irresponsable pretenden perpetuar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores», detalló la UOM.
A pesar del llamado a las huelgas, los puentes no se rompieron y las negociaciones entre las partes continúan.