La preocupación por los posibles problemas para la salud que pudiera generar el nivel de emisión de ondas de radiofrecuencia del iPhone 12 saltó el martes, el mismo día en que Apple anunció su nuevos ‘smartphones’ de la familia iPhone 15.
Apple preparará una actualización de ‘software’ para resolver los niveles de radiación detectados por las autoridades francesas en el iPhone 12, aunque considera que es una cuestión de los protocolos empleados en el país galo y de salud.
La compañía tecnológica solucionará el problema de la elevada tasa de radiación detectada en Francia en el modelo iPhone 12 con una actualización de ‘software’ para los usuarios de este país según ha confirmado a Bloomberg un portavoz.
Esta persona también explicó en el comunicado que «esto está relacionado con un protocolo de prueba específico utilizado por los reguladores franceses y no es un problema de seguridad».
La preocupación por los posibles problemas para la salud que pudiera generar el nivel de emisión de ondas de radiofrecuencia del iPhone 12 saltó el martes, el mismo día en que Apple anunció su nuevos ‘smartphones’ de la familia iPhone 15 -que marcó el inicio de la retirada del mercado por parte de esta firma tecnológica de iPhone 12-.
La Agencia Nacional de Frecuencias (ANFR) francesa analizó recientemente 141 dispositivos móviles para determinar la tasa de energía de radiofrecuencia que absorbe el cuerpo humano en el uso de estos dispositivos, con el objetivo de evaluar si cumplen los límites de la tasa de absorción específica establecida por este organismo, considerada como segura.
En su análisis, determinó que iPhone 12 supera los valores en una de las pruebas, la relativa al contacto físico con el móvil, aunque estaba por debajo de lo establecido en la prueba de proximidad al cuerpo.
La ANFR instó ese mismo día al Gobierno francés a retirar del mercado el dispositivo problemático, que el ministro francés de Transición Digital y Telecomunicaciones, Jean-Noël Barrot, hizo efectiva ese mismo día.
Posteriormente, asociaciones de consumidores españolas como OCU y Facua se unieron a la petición, para que en España también dejara de venderse mientras no fuese seguro. A nivel de la Unión Europea se iba a estudiar la extensión al resto de países miembros del veto impuesto en Francia. (Europa Press)