Los nuevos precios tienen que ver con varios factores.
Por un lado, con la inflación general y que la carne hasta ahora ha aumentado por debajo de lo que fue el promedio inflacionario.
Y, por otro lado, la implementación reciente del dólar agro, que incluyó al maíz, logró encarecerlo como insumo para toda la cadena de producción ganadera, y eso tiene un impacto en los precios. Impacto que ya se ve en los precios mayoristas y que terminará en las carnicerías.
Lo cierto es que se trata del punto clave para la canasta alimenticia y el índice de alimentos, que fue una de las cosas más festejadas por el Gobierno en junio, con un aumento del 4% en los alimentos mientras que la inflación era del 6%. En julio, por la carne, la situación será muy distinta.